jueves, 10 de diciembre de 2009

Un pecado en St Clement's Church (V)

Aprendí claramente que desde las 3 a 5 p.m. es la hora del té en todo el Reino Unido. Eran cerca de las 4 y caminabamos sin rumbo, lado a lado, friccionando nuestras auras. chocando nuestras manos y robándole al presente sensaciones explosivas y emotivas por el hecho de ser.

Sophie es definitivamente supersticiosa; en todas esas horas deambulando por Lime Street y St Clement, vi como huía de las escaleras y no las pasaba por debajo, y no sólo ella, ningún transeúnte lo hacía, salvo extranjeros como yo. Pero la superstición que me llamó más la atención fue respecto al tradicional gato negro, ese que se cruza en el camino; resulta que para ellos es señal de buena suerte, a la inversa que en Estados Unidos de Norteamérica o de Sud América. Y lo más interesante es que consideran a los gatos negros "parientes de las brujas", de hecho son vistos muy bien, y el que puede, tiene uno o más en casa. Me prometí algún día tener uno y hasta ahora, que recuerdo esta promesa, no tuve más que perros en casa, de nombre tengo una gata Himalaya en casa de un familiar y encargada de por vida; algún día será.

El Old Fashioned, a pesar de los tiempos, se mantiene en el Reino Unido; ver a las señoronas sumamente bien vestidas y almidonadas, cuasi-estatuas de cera, tomando el té con rigor y protocolo de Corte, es común. Incluso la clase laboral también se da un tiempo, de cuando en vez, para invitar a sus amistades a tomar el té. Y claro, yo no quería ser la excepción, además quería contentar a Sophie, entonces empecé a buscar un clásico lugar para disfrutar de esta costumbre con linaje imperial.

Es toda una cultura este tema del té; se debe saber que los hay para la mañana y para la tarde, con evidente gusto diferente. El té de Assam (ciudad hindú) es bien negro y de fuerte sabor que mezclado con leche y azucar hacen un perfecta combinación. Es ideal para las mañanas en el desayuno, Patrick lo toma diario. En cambio, en la tarde se toma generalmente el Ceylon, o el Earl Grey, o el Darjeeling tea; todos aromáticos entre cítricos y florales. Obviamente hay que desarrollar el gusto para sentir las diferencias.

¡¡¡Ahí está!!! - grité - en efecto en la esquina había un excelente lugar para tomar té, el Brahmah Tea and Coffee Museum. Ubicamos un sitio discreto y opaco, nos sentamos muy juntos y la pasamos riquisimo. Ese té estuvo lleno de interrupciones y encendida pasión; no me olvido de los bizcochos con mantequilla, sandwiches de diferentes sabores, los besos que nos dimos y las lágrimas de Sophie.

Ella sabía que nuestra locura sería por poco tiempo, algo tan efímero como la hora del té.

Se casó con Paul únicamente por salir de su casa, del asedio de sus padres que la obligaban a buscar un hombre de apellido, posición social y dinero. Pertenecía a la nobleza, pero muy venida a menos; era descendiente nada menos que del Conde Devilry que perdió su fortuna a raíz de una disputa con el Rey Enrique VIII; desde aquel entonces tienen que luchar por subsistir.

Empezó la puesta del sol y desde la calle se divisaba el color abrujado en el cielo.

Llegamos sin desearlo a la puerta del Hotel Stalbridge Guest.


..........continúa.................