martes, 16 de junio de 2009

Incertidumbre.

Creía que conocía todas la esquinas y puertas de tu piel

Creía que tu lenguaje era el mío y que mi música te pertenecía

Creía que leídas mil bibliotecas y gurus visitados ya sabía por donde, cómo y cuándo.

Creía que todos mis seguidores, todos los aplausos recibidos y abrazos sentidos eran el diamante de la verdad, de la certeza y sabiduría.

Creía que lo que creía era cierto.
Hasta que un día
tu laser del plan malévolo
la lengua gigante del que dirán
Esa del veneno criminal
que desparramó la baba morba
y que cegó mi luz
que me dejó a tientas
Esa que me ahogó cuando el dique
de mis lágrimas cayó como un ángel sin alas
Hicieron de mi un ser atónito.

Entonces deje de entender
entonces ya no creí que es necesario creer
y vi una luz en el cielo
entonces también dejé de creer que veía

Hasta que una Elfa de cabellos brillantes
me habló sin hablar
me regaló sus mágicos sentidos
y ternura sin razón
Fui conciente.

Gracias por tu maldad
ahora sé que las lenguas gigantes morbas existen
ahora sé que creer es un riesgo
que no hay garantía en la promesa
que no hay certeza ni consistencia
que solo podemos beber el néctar
unas cuantas veces en la vida
Que sólo debo ser.

Incertidumbre eres el parto de mi fuerza
el inicio de la luz y el dínamo que fortalece mi horizonte
ahora en tu paraíso sé que ya no es necesario ver, sentir, oír o creer.

L.C.