Sólo cierra los ojos y recuerda, estabas en el paraíso jugando y llegó una bella alma humana que te contó lo hermoso que es ser humano, frágil, con necesidad de alimentarse, sediento. Precisa defenderse y tener sexo.
Recuerda que escogiste a tu madre, padre y hermanos con quienes forjarías tu labor de despertar el espíritu universal.
Y llegaste.
Ahora sólo te pido me regales tu Bendición.
L.C.